Fueron 42 años de dedicación exclusiva a la enseñanza e investigación que hoy mismo han finalizado. Tras mucho meditarlo y a falta de 4 años para la jubilación forzosa, el 12 de agosto de este año y amparado en que ya había sobrepasado con creces el tiempo máximo de trabajo, decidí solicitar de la Universidad la jubilación voluntaria, lo que el Sr. Rector me concedió con fecha 20 de agosto y efectos de 30 de septiembre. Hoy ha sido, por tanto, mi último día de trabajo en una Institución que me ha dado todo pero a la que también he dedicado un porcentaje importantísimo de mi vida. A partir de ahora tendré más tiempo para la familia, mis pájaros (y pájaras), y navegar (incluso en invierno es algo especial el navegar por Galicia) y por supuesto seguir estudiando y aprendiendo. Seguir leyendo
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